DE MAYO: LA ECONOMÍA O LA VIDA

En 2020, la pandemia pone en el centro de la discusión la confrontación entre la salud y la economía, entre la continuación de la miseria creciente bajo el capitalismo y la vida digna. O mejor dicho, la vida misma.

Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 01 de mayo de 2020.-

El homenaje a los trabajadores ejecutados por la justicia clasista norteamericana tiene cada año un renovado contenido de reivindicaciones sociales y laborales.

El Día Internacional de los Trabajadores es una jornada de homenaje a los Mártires de Chicago, sindicalistas asesinados en Estados Unidos por participar en las manifestaciones por la jornada de ocho horas, en 1886.

En 2020, la pandemia pone en el centro de la discusión la confrontación entre la salud y la economía, entre la continuación de la miseria creciente bajo el capitalismo y la vida digna. O mejor dicho, la vida misma.

Decenas de protestas que no son televisadas suceden todos los días: por insumos de salud, contra el creciente desempleo, contra el hambre.

Como en una gigantesca bajante de aguas contaminadas, la pandemia deja en evidencia aspectos notorios y tristes de nuestra vida cotidiana: si el trasporte público es foco de contagio por excelencia, es porque se viaja mal, apiñados en vagones, como ganado. Aquí y en el mundo. Así de mal veníamos hasta los actuales servicios mínimos.

Al comienzo de esta crisis, la concesionaria Metrovías, operadora del Subte y Premetro, se negó a licenciar a los mayores 60 años, a los diabéticos, a los asmáticos.

Fue la intervención de nuestro sindicato la que garantizó la aplicación de las disposiciones legales y la existencia de los materiales higiénicos básicos para que transportar, día a día, a los médicos y enfermeros sea una tarea segura.

Como trabajadores y trabajadoras entendimos que transportar a otros “esenciales”, era nuestro rol y nuestro aporte a la comunidad durante la crisis sanitaria. Lo cumplimos con orgullo, pero con muchos cuidados.

La pandemia dejó en evidencia, también, a los miserables de siempre. A quienes despiden, suspenden y rebajan los salarios, para defender sus ganancias.

A un sector del sindicalismo cómplice y a otro, el de quienes hemos elegido pararnos en la otra vereda y, desde nuestras organizaciones y centrales, estamos impulsando el impuesto a las grandes fortunas.

Ese tiene que ser el debate de nuestros días, para aplicar medidas que permitan un reparto más equitativo de la riqueza. La salud y la vida de la mayoría por sobre la economía de unos pocos. Para que el día después de la pandemia nada vuelva a ser como era antes.

Viva la lucha de las trabajadoras y los trabajadores del mundo. Viva el 1º de Mayo.

SECRETARIADO EJECUTIVO

ASOCIACIÓN GREMIAL DE TRABAJADORES DEL SUBTE Y PREMETRO