Fuente: El Colombiano

[Colombia] Metro de Bogotá, una realidad

Con el espaldarazo del Gobierno Nacional, el Metro de Bogotá pareciera que, por fin, será realidad. La capital del país requiere de una buena vez ejecutar su transformación urbana, social y económica.

El presidente de la República, Juan Manuel Santos, y el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, anunciaron la inversión de aproximadamente 5.000 millones de dólares para la construcción del Metro de Bogotá, obra que por más de 60 años ha estado a la espera de ser concretada.

En aproximadamente un mes se espera contar con el documento Conpes por medio del cual se aseguran los recursos económicos y se establecen los compromisos de los gobiernos Nacional y Distrital.

El trazado inicial se hará en tres fases e irá desde el portal de Las Américas hasta la calle 72 a lo largo de la Avenida Caracas, para luego (en la tercera fase) llegar hasta la calle 127, al norte de la capital.

Se tiene establecido que el contrato de construcción se firme en el segundo semestre de 2017, que las obras comiencen en el año 2018 y que las dos primeras fases estén listas en 2022.

Como lo había señalado y defendido de tiempo atrás el alcalde Peñalosa, el metro de Bogotá será elevado.

Entre las razones para esta decisión está el menor costo, lo que, en tiempos de penurias económicas en el fisco nacional, representa una poderosa razón para hacer realidad la obra. Otros argumentos a favor de la decisión adoptada son la mayor eficiencia en la operación, el menor tiempo de construcción, el bajo impacto ambiental y el desarrollo urbanístico que se genera.

A pesar de que las autoridades distritales han informado que el trazado propuesto es muy similar al definido en tiempos de la anterior administración y que, además, los estudios realizados en ese entonces han proveído información útil para las decisiones adoptadas por el alcalde Peñalosa, hay voces que se muestran inconformes con la determinación.

Para evitar confusiones y aclarar la situación, es de gran utilidad que la gerencia del Metro y la alcaldía de la capital del país dieran a conocer, a la mayor brevedad posible, los estudios realizados por la firma francesa Systra.

De cumplirse con los correspondientes aportes económicos y con la ejecución de las actividades previas al inicio de la obra, es altamente probable que, bajo el liderazgo de Enrique Peñalosa, quien en su primera alcaldía demostró ser un ejecutivo eficaz, el Metro de Bogotá sea una realidad a comienzos de la próxima década.

En materia de movilidad, dos grandes proyectos ideados por el actual burgomaestre de la capital y los que en su momento generaron desconfianza y dudas, como son las ciclorrutas y Transmilenio, hoy se han convertido, el primero, en un importante medio de desplazamiento y, el segundo, en el eje del transporte masivo de la ciudad.

Gracias a esta visión transformadora, el alcalde Peñalosa no se queda, como muchos otros, viendo en el Metro la gran solución de movilidad. Por el contrario, él lo concibe como una pieza, sin duda fundamental, de un sistema que debe incluir, entre otras cosas, la construcción de por lo menos tres nuevas troncales de Transmilenio y la puesta en marcha de rutas alimentadoras.

El Metro de Bogotá, junto a otras grandes obras que están en etapa de estudio y diseño, muy seguramente le significará a la capital, como pasó en la anterior alcaldía de Enrique Peñalosa, una gran transformación urbana, económica y social en beneficio de sus ciudadanos. Algo que la capital de la República requiere de una buena vez.


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