Fuente: El Cohete a la Luna

Camino sin salida

El gobierno no tiene para los reclamos otra respuesta que amenazas de represión

Cuando el Juzgado de Primera Instancia en lo Contencioso Administrativo y Tributario Nº 2 falló a favor del amparo presentado por la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (Agtsyp) (léase los metrodelegados). Ordenó la formación de una mesa paritaria que funcionará durante 60 días a fin de convenir la paritaria de 2.018. Estableció que deberán participar Subterraneos de Buenos Aires Sociedad del Estado Sociedad Anónima (SBASE), la consecionaria Metrovías de Benito Roggio, la Unión Tranviaria Automotor de Roberto Fernández y la estrella emergente del sindicalismo, la AGTSyP. Junto con esto, ordenó a los metrodelegados abstenerse de llevar adelante medidas de fuerza por 60 días. Un haz de luz ingresó en el subterráneo, sumergido en los oscuros y sospechosos vericuetos del llamado a licitación internacional del servicio.

En consecuencia con el fallo, los trabajadores del subte suspendieron la protesta y acataron la orden judicial para negociar. Por otra parte la justicia obliga al gobierno de CABA, a SBASE y a METROVIAS a no incorporar personal externo o interno no calificado (otra vez los rompehuelgas) para tareas de guarda y conductor y dejar sin efecto las sanciones aplicadas a raíz de este conflicto.

La existencia del sindicato quedó demostrada en la justicia y la nueva modalidad de desaparición forzosa institucional que este gobierno pretende ejercer sobre las organizaciones obreras y populares sufrió un importante revés.

El desarrollo de los conflictos y las luchas de los trabajadores cuando son conducidas por los dirigentes representativos siguen un ciclo lógico en el que la opinión de las bases es determinante. Cuando se trata de reivindicaciones más generales en las que median intereses del conjunto de la sociedad la representación sindical empieza a crujir y los mandatos aparecen tergiversados. El veto presidencial a la ley que pone un límite al aumento exponencial de las tarifas de servicios públicos generó un fuerte reclamo social responder con un paro general inmediato. Así lo anunciaron ambas CTA, la corriente federal de la CGT, el moyanismo y dos de los triunviros, Hector Daer y Juan Carlos Schmidt declararon en la marcha federal de las organizaciones sociales que el dia 7 sería anunciado por el consejo directivo cegetista. Previo a ese conciliábulo formal fueron convocados por el gobierno y en esa reunión presentaron un pliego de cinco puntos donde extrañamente no hay nada vinculado a los tarifazos. Como corolario de ello la fecha del paro quedo en un limbo y el fuerte reclamo interno de sus propias regionales no tuvieron reflejo aún en las paredes de Azopardo…

El malestar que genera esta ambigüedad, lejos de dar como resultado la resignación y la pasividad va aumentando la presión social y el malhumor es harto notorio e indisimulable.

El conflicto de luz y fuerza de Córdoba se profundizó esta semana con un paro de 48 horas los días jueves y viernes. En repuesta el gobierno de Córdoba mandó a detener a un trabajador responsable de la seguridad en ocasión de una asamblea en la que se hizo presente el interventor de la empresa por interceder en un tumulto para evitar que el funcionario fuera agredido. Le aplicaron una restricción que le impide acercarse a menos de cien metros del interventor. A los pocos días camino a una audiencia en el Ministerio de Trabajo ante la presencia de un piquete, el auto oficial que lo conducía intenta atravesar un piquete de los obreros y es pateado por ellos. La aparición del mismo trabajador en las inmediaciones, a menos de cien metros, sin participar del tumulto, se transformó en la excusa para la privación de su libertad. En reclamo por su liberación el paro se extendió durante el fin de semana hasta el lunes inclusive.

La escasa creatividad patronal en materia de provocar en situación de conflicto y sancionar para cambiar los ejes del reclamo se debe a un recetario histórico que solo sirve para caldear los ánimos de los trabajadores. El ajuste de la empresa que anuló contrataciones de vehículos para los equipos de lectores de medidores conlleva a que esa tarea se cumpla a medias y muchos usuarios vean repetida la lectura del período anterior. El malestar de los usuarios va creciendo en la misma proporción que las tarifas.

La ocupación del ingenio San Isidro en Salta por parte de sus propios trabajadores y el pedido de desalojo y reintegro del inmueble, por parte del representante de la empresa, no prosperó como medida cautelar al ser rechazada por la justicia y continúa la toma para cuidar las instalaciones.

En otros lugares de la patria los docentes chubutenses ya cumplieron una semana de la ocupación pacífica del ministerio de educación de esa provincia. La duras condiciones climáticas del gélido invierno del sur no hace mellas en estos trabajadores que luchan. El acampe se realiza con temperaturas de varios grados bajo cero. Seguramente el contagio de los maestros neuquinos entibia los cuerpos de los manifestantes para sobrellevar la lucha. A veces la solidaridad que piden se reduce a reconocer sus reclamos y dar conocer la pelea para lograrlos. De ello se trata cuando enfrentamos épocas de ocultamiento de los conflictos y construcción de paz por arriba con las cúpulas de siempre. En la semana del dia del periodista se hace más necesario que nunca recordar estas palabras de Rodolfo Walsh: ”Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copia a sus amigos, nueve de cada diez la estarán esperando. Millones quieren ser informados. El terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad”.

En el único camino que el gobierno de Macri mantiene una coherencia inalterable es el de su enemistad manifiesta con los trabajadores. Es obsesiva la persistencia por llevar adelante su contrarreforma laboral, su instinto represivo se mantiene incólume desde el primer día. Tan es así que ante la advertencia de Hugo Moyano de que su reclamo salarial pretende empardar a la inflación, advirtiendo un posible paralelo con lo que está sucediendo con el transporte en Brasil, no respondió ni el ministro de Trabajo ni el de Economía sino que quien salió a la palestra fue directamente la ministra de seguridad Patricia Bullrich. Nada más cercano al pensamiento binario de reclamo-represión poniendo en segundo término la Constitución Nacional, las leyes que reglamentan la demanda sindical o la negociación desde el papel de árbitro que le corresponde al Estado.

*Por Victorio Paulón


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